Fijarse cómo ha sido el acontecimiento de importante que hasta la mismísima madre Luna en persona ha venido a visitarnos este mes, más grande y pletórica que nunca, a bendicir el nacimiento.
Y el mar, donde dentro de poco la nena estará chapoteando, no se ha podido resistir y ha crecido más que nunca, como estirando el cuello para poder verla en su cunita.
ENHORABUENA A ESA RUBIA VALIENTE Y AL ORGULLOSO PADRE.
Muchos besos para los tres.